Cesa, hijo mío, de oír la instrucción que hace desviarse de las palabras del conocimiento.

Deja, hijo mío, de escuchar la instrucción (que hace que) se desvíe de las palabras del conocimiento, por ejemplo, "la instrucción" o disciplina que ofrecen los herejes y los seductores, pero que no es instrucción. Así, en, se estigmatiza "la instrucción de los necios".

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad