El temor del rey es como el rugido de un león: el que lo provoca a ira peca contra su propia alma.

El temor de un rey (el temor que excita un rey) (es) como el rugido de un león: (Quien) lo provoca a ira peca (contra) su propia alma.  Así Adonías al provocar al rey Salomón. ¡Qué terribles las consecuencias para uno mismo de provocar al Rey de reyes!.

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