Alta es la sabiduría para el necio: No abre su boca en la puerta.

La sabiduría es demasiado alta para que un tonto la alcance. La dificultad no radica en la sabiduría, que es fácil para los sinceros, sino en la propia falta de voluntad y pereza del necio.

No abre (no se atreve, por falta de sabiduría, a abrir) su boca en la puerta, en el tribunal de justicia: locuaz y balbuceante como lo es en otros lugares.

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