Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre:

Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no abandones la ley de tu madre. Los hijos adultos tienden a despreciar a la madre. Salomón inicia su acusación contra la prostitución con esta exhortación general, por la cual regresa a la ley de Dios como algo que los padres deben inculcar y los hijos obedecer.

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