Ruja el mar y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.

Así como en la estrofa anterior se expresa la intensidad del gozo por la venida del Señor, así en esta estrofa se expresa su extensión. Todo el mundo y sus habitantes deben estar alegres juntos.

Versículo 7. Ruja el mar y su plenitud, (, fin.) El mar, en retaguardia solemne y mesurada, va a repiquetear su profunda bienvenida a su Señor.

El mundo y los que en él habitan.

Verso 8. Que las inundaciones aplaudan. Aplaudir era el modo habitual de expresar alegría por la ascensión de un rey. Los modos de alabanza del hombre se atribuyen aquí a la naturaleza muda, porque el hombre es el intérprete consciente y sumo sacerdote de la adoración inconsciente de la naturaleza.

Verso 9. Porque él viene a juzgar la tierra, la causa de la alegría. El Señor, por su justo gobierno como Rey y juez, traerá la tierra de debajo de la miseria de la maldición a un estado de paz, gozo y bienaventuranza.

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