Jeremias 35:1-19

1 La palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR en los días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:

2 “Ve a la familia de los recabitas, habla con ellos, tráelos a la casa del SEÑOR, a una de las cámaras, y dales de beber vino”.

3 Entonces tomé a Jazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos y a toda la familia de los recabitas.

4 Y los traje a la casa del SEÑOR, a la cámara de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, hombre de Dios, la cual estaba junto a la cámara de los magistrados, que estaba encima de la cámara de Maasías hijo de Salum, guardia de la puerta.

5 Y puse delante de los miembros de la familia de los recabitas tazones llenos de vino, y vasos, y les dije: — Beban vino.

6 Pero ellos dijeron: — No beberemos vino, porque nuestro padre Jonadab hijo de Recab nos mandó diciendo: “No beberán vino jamás ni ustedes ni sus hijos.

7 No edificarán casas ni sembrarán semilla ni plantarán viñas ni las poseerán. Más bien, habitarán en tiendas todos sus días, para que vivan muchos días sobre la faz de la tierra donde ustedes viven”.

8 Y nosotros hemos obedecido la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó: de no beber vino en todos nuestros días ni nosotros ni nuestras mujeres ni nuestros hijos ni nuestras hijas;

9 de no edificar casas para habitar en ellas, y de no tener viñas ni campos ni semilla.

10 Hemos habitado en tiendas y hemos obedecido, haciendo conforme a todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab.

11 Pero sucedió que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió contra el país, dijimos: “Vayamos y entremos en Jerusalén, a causa del ejército de los caldeos y del ejército de los de Siria”. Y en Jerusalén nos hemos quedado.

12 Entonces vino la palabra del SEÑOR a Jeremías, diciendo:

13 — Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: “Ve y di a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ‘¿No aceptarán corrección para obedecer a mis palabras?’, dice el SEÑOR.

14 Las palabras de Jonadab hijo de Recab, que mandó a sus hijos que no bebieran vino, han sido cumplidas, y no lo han bebido hasta el día de hoy, porque han obedecido el mandamiento de su padre. Sin embargo, yo les he hablado a ustedes persistentemente, y no me han obedecido.

15 Les he enviado persistentemente todos mis siervos los profetas, para decirles: ‘Apártense, cada uno de su mal camino; enmienden sus obras y no vayan tras otros dioses para servirles, y habitarán en la tierra que les he dado a ustedes y a sus padres’. Pero no han inclinado su oído ni me han obedecido.

16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab han cumplido el mandamiento que les dio su padre, pero este pueblo no me ha obedecido.

17 »Por tanto, así ha dicho el SEÑOR Dios de los Ejércitos, Dios de Israel: “He aquí, yo traeré sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal del que he hablado contra ellos. Porque les hablé, y no escucharon; los llamé, y no respondieron”.

18 Entonces dijo Jeremías a la familia de los recabitas: — Así ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel: “Porque han obedecido el mandamiento del padre de ustedes Jonadab; porque han guardado todos sus mandamientos y han hecho conforme a todas las cosas que les mandó,

19 por esto no faltará un hombre a Jonadab hijo de Recab que esté de pie delante de mí todos los días”, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel.

PROFECIA PROCLAMADA EN EL REINADO DE JOACIM CUANDO LOS CALDEOS, EN UNION CON LOS SIRIOS Y LOS MOABITAS, INVADIERON JUDEA. Con la obediencia de los recabitas a su padre, Jeremías condena la desobediencia de los judíos a Dios Padre. El Espíritu Santo ha ordenado las profecías de Jeremías siguiendo más bien el orden moral que el cronológico. Mediante el relato de un suceso acaecido 15 años antes, se les enseña a los judíos que habían vuelto a esclavizar de nuevo a sus emancipados esclavos, cómo Dios ama y recompensa la obediencia y aborrece y castiga la desobediencia.

2. Rechabitas—una tribu nómada, pertenciente a los cineos de Hamat (1 Crónicas 2:55), de la familia de Jetro u Hobab, suegro de Moisés (Éxodo 18:9, etc.; Números 10:29; Jueces 1:16). Entraron en Canaán con los Israelitas; pero, con la mira de preservar su independencia, prefirieron vivir en tiendas, sin residencia fija (1 Samuel 15:6). Además de la rama asociada con Judá, la que se extendía hasta Amalec, había otra división de ellos en Cades, en la tribu de Neftalí (Jueces 4:11, Jueces 4:17). Parece que eran prosélitos de la puerta. Jonadab, hijo de Recab, quien les había encargado de no beber vino, precepto que ellos obedecieron estrictamente, era celoso de Dios (2 Reyes 10:15). Los nabateos de Arabiabia observaban las mismas reglas (Diodoro Súculo,2 Reyes 19:94). Introdúcelos en la casa de Jehová—por encontrarse allí testigos aptos entre los sacerdotes y la gente principal, e igualmente porque podría dirigir al punto la palabra al pueblo allí reunido (v. 13). Puede que también haya sido como un reproche destinado a los sacerdotes, quienes bebían vino más de la cuenta, pese a que se les habia mandado abstenerse de él cuando desempeñasen los deberes de su cargo [Calvino]. cámaras—que rodeaban el templo, destinadas a varios menesteres, por ejemplo, a contener las vestiduras sacerdotales y los vasos sagrados, etc.

3. Jaazanías—por ser el de más edad y jefe del clan.

4. varón de Dios—un profeta (Deuteronomio 33:1; 1 Samuel 2:27; 1 Reyes 12:22; 2 Reyes 4:7), y tambíen “un siervo de Dios” en general (1 Timoteo 6:11), uno que no se pertenece a sí mismo sino a Dios, uno que se ha desprendido de todo para darse enteramente a Dios (2 Timoteo 3:17). Tan reverenciado era que nadie pondría en duda lo que hiciera en su cámara. guarda de los vasos—Es probable que el aludido oficio fuese el del sacerdote que tenía a su cargo la capitación del dinero pagado para la conservación del templo y las ofrendas votivas, tales como: los vasos sagrados, etc. Había siete custodios [Grocio]. Véase 2 Reyes 12:9; 2 Reyes 25:18; 1 Crónicas 9:18, que apoyan la Versión Inglesa.

5. Y díjoloes: Bebed—No dijo Jeremías: Jehová dijo: Bebed; porque entonces ellos se verín obligados a obedecer Contrástese el presente caso con 1 Reyes 13:7.

6. Jonadab … nuestro padre—esto es, nuestro antepasado y director, 300 años antes (2 Reyes 10:15). Ellos se llamaban recabitas, no jonadabitas, derivado de Recab, su padre, habiendo recibido su nombre antes de adoptar los preceptos de su hijo Jonadab. Tal hecho no nos ofrece ninguna razón justificativa para que prestemos esclava deferencia a las opiniones religiosas de los padres del cristianismo; pues el mandato de Jonadab sólo se relacionaba con asuntos de la presente vida, aparte de que no obligaba a sus conciencias, desde que no creyeron ilícito el ir a Jerusalén durante la invasión (v. 11). Lo que se celebra aquí no es el mandato de su padre, sino la obediencia de los hijos [Calvino].

7. tiendas—(Jueces 4:7), todos vuestros días … que viváis—de acuerdo con la promesa relacionada con el quinto mandamiento (Éxodo 20:12; Efesios 6:2). peregrináis—Los recabitas no eran de la estirpe de Jacob, sino forasteros en Israel. Eran tipos de los hijos de Dios que peregrinan en la tierra, y consideran el cielo como su partia. Estos tienen tan poco que perder, en epocas de crisis económícas, que apenas se muestran alarmados, despreocupándose enteramente de lo que tienen (Hebreos 10:34; Hebreos 11:9, Hebreos 11:13).

8. en todas las cosas que nos mandó … en todos nuestros días, nosotros … mujeres … hijos … hijas—una obediencia sin reserva en todos los aspectos, en todos tiempos y por parte de todos sin excepción; mientras que en lo que respecta a la obediencia de Israel a Dios, dejó que desear. Contrástense 1 Samuel 15:20; Salmo 78:34; Salmo 41:56.

11. caldeos … de Siria—cuando Joacim se rebeló contra Nabucodonosor (2 Reyes 24:1). La necesidad hace caso omiso de todas las demás leyes. Esta es la excusa de los recabitas en cuanto a su aparente desobediencia al mandamiento de Jonadab, a establecerse temporalmente en una ciudad. Aquí se puede ver la presciente sabiduría que revelan los mandamientos de Jonadab; ellos podían ante un aviso de peligro, emigrar, por no tener posesiones inmuebles que los atasen a ellas.

14. por obedecer al mandamiento de su padre; y yo—(Malaquías 1:6), madrugando y hablando—Dios mismo habla tarde y temprano mediante las varias maneras de su providencia y gracia. En el v. 15; 2 Crónicas 36:15, se alude a un modo distinto de dirigir la palabra, a saber, el de que Dios envíe a sus siervos.

15. (Cap. 18:11; 25:6). Yo no os mandé nada que no fuese razonable, sino simplemente el que me sirvieseis, y hasta añadí al mandamiento una misericordiosa promesa, pero en vano. Si los mandamientos de Jonadab, que fueron arbitrarios y no obligaciónes morales en sí mismas, fueron obedecidos, mucho más lo deben ser los míos, que son justos.

17. proque les hablé, y no oyeron; llamélos, y no han respondido—(Proverbios 1:24; Isaías 65:12).

19. no faltará varón de Jonadab … en mi presencia—Siempre habrá representantes del clan para adorarme (cap. 15:1, 19); mas puede que “en mi presencia” signifique meramente existencia, porque todas las coasa que existen están a la vista de Dios (Salmo 89:36). Los recabitas regresaron de la cautividad. Wolff halló huellas de ellos en la Arabia.

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