Salmo 102:1-28

1 Oración de un afligido, cuando desmaya y derrama su lamento delante del SEÑOR. Oh SEÑOR, escucha mi oración y llegue a ti mi clamor.

2 No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina a mí tu oído. En el día en que te invoque apresúrate a responderme.

3 Porque mis días se han disipado como humo; mis huesos arden como un brasero.

4 Mi corazón ha sido herido y se ha secado como la hierba por lo cual me olvidé de comer mi pan.

5 Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado a mi carne.

6 Soy semejante al búho del desierto; soy como la lechuza de los sequedales.

7 Estoy insomne; soy como un pájaro solitario sobre el tejado.

8 Todo el día me afrentan mis enemigos; los que me escarnecen se han conjurado contra mí.

9 Por eso he comido ceniza como pan, y mi bebida mezclo con llanto

10 a causa de tu enojo y de tu ira. Porque me levantaste y me arrojaste,

11 mis días son como la sombra que se va. Me he secado como la hierba.

12 Pero tú, oh SEÑOR, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación.

13 Levántate, ten misericordia de Sion porque ha llegado el tiempo de tener compasión de ella.

14 Tus siervos aman sus piedras, y de su polvo tienen compasión.

15 Entonces las naciones temerán el nombre del SEÑOR y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.

16 Por cuanto el SEÑOR habrá edificado a Sion, será visto en su gloria.

17 Habrá considerado la oración de los despojados, y no habrá desechado el ruego de ellos.

18 Sea escrito esto para la generación venidera, y un pueblo que será creado alabará al SEÑOR.

19 Porque miró desde lo alto de su santuario, el SEÑOR miró desde los cielos a la tierra,

20 para oír el gemido de los presos, para librar a los sentenciados a muerte,

21 para contar en Sion del nombre del SEÑOR y de su alabanza en Jerusalén

22 cuando los pueblos y reinos se congreguen en uno para servir al SEÑOR.

23 Debilitó mi fuerza en el camino y acortó mis días.

24 Dije: “Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días. ¡Tus años duran por generación y generación!

25 Tú fundaste la tierra en la antigüedad; los cielos son obra de tus manos.

26 Ellos perecerán pero tú permanecerás. Todos ellos se envejecerán como un vestido; como a ropa los cambiarás, y pasarán.

27 Pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán.

28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y su descendencia estará firme delante de ti”.

Salmo 102

Oración del pobre, etc.—Los términos generales parecen significar que se debe considerar este Salmo propiamente expresivo de las ansiedades de alguno de los descendientes de David, píamente preocupado por el bienestar de la Iglesia. Probablemente fué compuesto por David, sugerido acaso por algunas pruebas particulares, descriptivas de tiempos futuros. Angustiado—(cf. el Salmo 61:2.) Lamento, queja (Salmo 55:2). Predomina el tono quejumbroso; sin embargo, en vista de las promesas de Dios y de su constante fidelidad, se cambia a menudo por el de confianza y esperanza (Salmo 62:8).

1-3. Los mismos términos ocurren en el Salmo 4:1; el 17:1, 6; el 18:6; el 31:2, 10; el 37:20.

4. (Cf. el Salmo 121:6.) me olvidé—a causa de mi aflicción (Salmo 107:18), y así perdí las fuerzas.

5. voz de mi gemido—el efecto dicho por la causa; mi agonía me demacra.

6, 7. Las figuras expresan extrema soledad.

8. contra mi … conjuradolit., juran, o maldicen, por mí, deseando que otros fuesen tan miserables como yo (Números 5:21).

9. ceniza—símbolo de tristura, mi pan; el lloro, o las lágrimas, mi bebida (Números 80:5).

10. arrojado—como el tamo por el torbellino (Isaías 64:6).

11. sombra que se va—desapareciendo con la llegada de la noche.

12. En contraste con la flaqueza humana (cf. el Salmo 90:1). tu memoria—el recuerdo de ti, o sea, tu promesa.

13, 14. Por tanto, aquí se deduce: porque … el plazo—de la promesa, indicio de lo cual es la preocupación del pueblo de Dios por la ciudad de Sión.

15-17. El favor de Dios para con la Iglesia aterrarán a los enemigos de ella. habrá edificado—o bien, haya edificado a Sión, razón del afecto causado a otros; porque Dios se glorifica grandemente con obrar así, escuchando a los humildes.

18. pueblo que se criará—(cf. el Salmo 22:31), un cuerpo organizado, como una Iglesia.

19-22. Un resumen de lo que será escrito. Porque—o mejor, que; “Escribirse ha que Dios miró,” hablando de la condescendencia de Dios. los sentenciados—(cf. el Salmo 79:11). Porque cuenten—para que el nombre de Dios sea celebrado en las asambleas de su pueblo reunido de entre todas las naciones (Malaquías 8:20), y consagrado a su servicio.

23-28. El escritor, hablando en nombre de la Iglesia, halla reanimación en medio de las aflicciones. La eterna existencia de Dios es la garantía de su fidelidad en el cumplimiento de sus promesas. en el camino—de la providencia. afligió—le hizo temer un fin prematuro, una figura de las aprensiones de la Iglesia, de que Dios no fuera a cumplir sus promesas, sacada de los temores de una persona motivados por el peligro de una muerte temprana (cf. el Salmo 89:47). Pablo (en (Hebreos 1:10) cita los v. v. 26-28, dirigidos a Cristo en su naturaleza divina. El conjunto del Salmo, como ya notamos, lejos de ser contrario, favorece esta opinión, máxime por los sentimientos expresados en los v. v. 12-15 (cf. Isaías 60:1). La asociación del Mesías con el día de gloria futuro era muy familiar en las mentes de los escritores del A. T.; y con la correcta interpretación de su naturaleza, es muy consecuente que se le considere Señor y Cabeza de su Iglesia a aquel que consumaría aquel glorioso futuro, que ellos siempre anticipaban con gran gozo y amor.

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