Salmo 114:1-8

1 Cuando Israel salió de Egipto, la casa de Jacob de un pueblo extranjero,

2 Judá fue su santuario e Israel su señorío.

3 El mar lo vio y huyó; el Jordán se volvió atrás.

4 Los montes brincaron como carneros y las colinas como corderitos.

5 ¿Qué tuviste, oh mar, para que huyeras? ¿Y tú, oh Jordán, para que te volvieras atrás?

6 Oh montes, ¿por qué brincaron como carneros; y ustedes, oh colinas, como corderitos?

7 Ante la presencia del SEÑOR tiembla la tierra; ante la presencia del Dios de Jacob

8 quien convirtió la peña en estanque de aguas y el pedernal en manantial de aguas.

Salmo 114

El escritor brevemente y en manera hermosa celebra el previo cuidado de Dios hacia su pueblo, para cuyo beneficio la naturaleza contribuía maravillosamente.

1-4. bárbaro—pueblo de lengua extraña (cf. el Salmo 81:5). saltaron como carneros—(cf. el Salmo 29:6), describe la ondulación de los bosques montañosos poéticamente, como si fuese el movimiento de los montes mismos. La poética descripción del efecto de la presencia de Dios alude a la historia (Éxodo 14:21; Josué 3:14). Judá—está puesto como paralelo de Israel, a causa de ser la destinada como la real prominencia de dicha tribu.

5-8. Las interrogaciones colocan las respuestas implícitas en una forma más marcada. A la presencia delit., de delante de, como aterrorizados por la maravillosa manifestación del poder de Dios. Bien se puede confiar en un Dios semejante, y grande debiera ser su alabanza.

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