El apóstol, habiendo mostrado en el último capítulo la excelencia de su ministerio por encima del de la ley, procede a informarles de sus propias labores, etc. con el fin de destruir el crédito que los falsos maestros habían adquirido entre los corintios, y advertirles contra cualquier intento que estos maestros pudieran hacer para destruir lo que había causado tantos problemas a San Pablo. Pero todavía refiere todo a Dios. En cuanto a estos falsos maestros, ¿qué iglesias habían fundado? ¿Qué persecuciones han sufrido? (Calmet)

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