Antes. Tales cambios no son infrecuentes en quienes dan paso a pasiones desordenadas, como lo demuestra Aristóteles (prob. Iv.). Semiramis mató a sus amantes y, entre los demás, a su propio hijo. (Tirinus) --- Dios hizo que Amnón fuera picado de remordimiento, y el espíritu maligno lo empujó a los extremos, lo que llenó el palacio de escándalo y derramamiento de sangre. (Menochius)

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