El apóstol les recuerda aquí el juicio general, cuando el ángel de Dios lo hará, a causa de sus crímenes de avaricia, fornicación, etc. caer sobre los hijos de la incredulidad; con lo cual se entienden los malvados. Antes les había asegurado que los autores de tales crímenes serían excluidos del reino de los cielos; y ahora además les informa que los castigos más severos serán infligidos a personas tan malvadas. (Estius)

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