Profanado; porque se hizo en oposición al orden de Dios, quien requirió, en esta ocasión, la máxima sencillez, para evitar cualquier veneración indebida. El hierro no se usó en el tabernáculo o el templo, ya que el bronce era más común. Altares levantados a toda prisa, así, Deuteronomio xxvii. y Josue viii. 30, y lo que estaba diseñado para la ratificación del pacto, (cap. Xxiv. 4,) debía ser de esta construcción, sin pulir y simple, como fue el altar erigido, 1 Macabeos iv. 47. Pero otros altares no se construyeron siguiendo este modelo. (Calmet)

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