Aguas. Estas aguas no deben entenderse literalmente (porque no hubo ninguna que fluyera del templo) sino místicamente del bautismo de Cristo, y de su doctrina y su gracia; los árboles que crecen en las orillas son virtudes cristianas; los peces son cristianos, que viven espiritualmente en y junto a estas aguas santas; los pescadores son los apóstoles y predicadores apostólicos; los rincones, donde no hay salud, son tales que por estar fuera de la Iglesia están separados de estas aguas de vida.

(Challoner) --- No es probable que se hayan encontrado peces o agua real, ver. 9. Pero esto hay que explicarlo de la Iglesia y del bautismo, en un sentido superior y más propio. (Worthington) --- Joel, (iii. 18.) antes del cautiverio, y Zacarías, (xiv. 8.) después de ese evento, hablan de fuentes como aún por aparecer, y por supuesto no en ninguno de los templos, aunque Pilato hizo acueductos para el propósito, (Josefo, Guerras judías ii.

13.) que Tácito, (An. V.) Maundrel, (p. 148.) y otros mencionan. Pero los profetas no aluden a ellos, sino a Cristo, la fuente de agua que brota para vida eterna, Juan IV. 14. y vii. 38. (Calmet) --- Villalpand lo entiende de aguas traídas al templo para lavar a las víctimas; pero parece referirse más a la gracia y la doctrina de Cristo. (Menochius)

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