Polvo, en cuanto a la parte visible; y tu alma creada de la nada. Esto podría servir para corregir ese orgullo por el cual Adán había caído; y la Iglesia nos repite las mismas verdades humillantes cada Miércoles de Ceniza, para protegernos del mismo contagio, el gusano del orgullo, del que todos somos tan responsables. Así se le aseguró nuevamente a Adán que moriría la muerte con la que Dios lo había amenazado, y que el diablo le había dicho a Eva que no se la infligiría, ver. 4. Dios creó al hombre incorruptible ( inexterminabilem, inmortal). Pero por la envidia del diablo, la muerte vino al mundo, Sabiduría ii. 23. (Haydock)

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