Con el sudor de tu rostro comerás el pan. Su negocio, antes de pecar, era un placer constante para él; pero ahora su trabajo será un cansancio. Al polvo volverás. Tu cuerpo será abandonado por tu alma, y ​​se convertirá él mismo en una masa de polvo, y luego se alojará en el sepulcro y se mezclará con el polvo de la tierra.

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