Los hijos de Dios. Los descendientes de Set y Enós son llamados aquí Hijos de Dios, por su religión y piedad, mientras que la raza impía de Caín, quienes por sus afectos carnales yacían arrastrándose sobre la tierra, son llamados hijos de los hombres. La desdichada consecuencia de que el primero se casara con el segundo debería ser una advertencia a los cristianos para que sean muy prudentes en sus matrimonios; y no dejarse determinar en su elección por su pasión carnal, en perjuicio de la virtud o la religión.

(Challoner) --- Véase San Crisóstomo, hom. 22, etc. Algunas copias de la Septuaginta que tienen los ángeles de Dios, indujeron a algunos de los antiguos a suponer que estos seres espirituales (a quienes, por otro error, atribuían una especie de cuerpos aéreos) tenían comercio con mujeres, como los paganos derivaban sus héroes. de un mortal y un dios. Pero esta noción, que se toma prestada del libro de Henoch, está bastante explotada.

(Calmet) --- La distinción entre la verdadera Iglesia y la sinagoga de satanás, aquí establecida, se ha mantenido desde entonces, ya que los herejes todavía se distinguen de los católicos. (Worthington) (San Agustín)

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