Pedro respondió con valentía: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Y además agrega, que Dios había resucitado de la muerte a Jesús, el Príncipe y Salvador de la humanidad, por cuyos méritos todos podían encontrar el arrepentimiento y el perdón de sus pecados; que fueron testigos de su resurrección, etc. (Witham)

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