Misericordia. La ciudad les pertenecía de derecho, para que pudieran utilizar este medio, ya que no estaban obligados a indagar por qué motivos el hombre estaba así movido para traicionar a su país. Él podría estar convencido, como Rahab, de que Dios se lo había concedido a los israelitas, y estos podrían justamente recompensar su buen carácter y permitirle partir en paz. (Bonfrere; Grocio; Calmet)

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