Vengarme. Este deseo de venganza se debía al celo por la justicia contra los enemigos de Dios y su pueblo; y no por rencor privado y malicia de corazón. (Challoner) --- Fue juez de su pueblo, y se preocupó por sus agravios: Dios, por milagro, testificó que aprobaba sus sentimientos. (Calmet) - La Septuaginta insinúa que el grito de Sansón estuvo acompañado de lágrimas, ( eklause.) Era el grito del corazón, que es el más elocuente con Dios. En hebreo y Septuaginta, "fortaléceme aún esta vez, oh Dios, y te pagaré", etc. (Haydock)

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