Varilla; en el que había algo de color rojo, para señalar el décimo animal al pasar por una puerta estrecha. Si era apropiado para el sacrificio, su sangre se derramaba alrededor del altar y su carne se devolvía al dador. Si no se podía ofrecer en sacrificio, se mataba. El sacerdote no recibió a la víctima, no más que al cordero pascual. (Outram, sac. I. 11.) Pero se hizo un banquete de carne para los amigos de la persona, y él dio una porción a los pobres ya los levitas. --- El Señor, como sacrificio de acción de gracias, en el que la mayor parte de la víctima es consumida por quien la ofrece. Los sacerdotes tienen una pequeña parte, cap. iii. (Calmet)

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