Verso Levítico 27:32. Todo lo que pasa por debajo de la vara. El significado de este versículo lo dan muy bien los rabinos: "Cuando un hombre debía dar el diezmo de sus ovejas o terneros a Dios, debía encerrar todo el rebaño en un solo redil, en el que había una puerta estrecha por la que podía salir uno a la vez. El dueño, a punto de dar el décimo al Señor, se situaba junto a la puerta con una vara en la mano, cuyo extremo estaba mojado en bermellón u ocre rojo. Las madres de esos corderos o terneros se quedaban fuera: al abrirse la puerta, las crías salían corriendo para unirse a sus madres; y mientras salían, el dueño se paraba con su vara sobre ellos, y contaba uno, dos, tres, cuatro, cinco, etc., y cuando llegaba el décimo, lo tocaba con la vara coloreada, con lo cual se distinguía que era el ternero, la oveja, etc. del diezmo, y ya fuera grande o pequeño, perfecto o manchado, se recibía como el diezmo legítimo". Parece que es en referencia a esta costumbre que el profeta Ezequiel, hablando a Israel, dice: "Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en el vínculo de la alianza - seréis una vez más reclamados como propiedad del Señor, y seréis en todas las cosas dedicados a su servicio, siendo marcados o comprobados, por providencias especiales y manifestaciones de su bondad, como su pueblo peculiar.

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