Recordar su santo pacto, es decir, su promesa, o el pacto hecho con Abraham, de que bendeciría a todas las naciones en su simiente. (Witham) --- En la venida de Cristo, Abraham, Isaac y Jacob fueron hechos partícipes de su misericordia. Porque, no podemos suponer que los que vieron su día y se alegraron, no deberían participar del fruto de su venida; ya que San Pablo dice: él hace la paz con la sangre de la cruz, tanto a las cosas que están en la tierra como a las cosas que están en el cielo. (Colosenses i. 20.) (Orígenes, hom. X.)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad