Como un segundo Elías fue llevado al cielo, pero de una manera mucho más gloriosa. Elías fue tomado en un cuerpo mortal y corruptible: pero nuestro divino Salvador, en un estado glorioso, impasible e inmortal; donde ahora él está nuestra cabeza, habiendo asumido la naturaleza de hombre, y está coronado con más que la gloria de un ángel. (Theophylactus) --- ¡Qué gloria esta para nosotros! Nuestra cabeza está vestida de gloria eterna; así nosotros, sus miembros, recibiremos una participación en su reino eterno. (San Juan Crisóstomo)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad