San Mateo dice que fueron los mismos discípulos de San Juan Bautista los que objetaron esto a Cristo. Lo más probable es que tanto ellos como los fariseos hicieron todo lo posible para presionar esta objeción. (San Agustín, de cons. Evang. Lib. Ii. Cap. 27) --- ¿Por qué no ayunáis, como es costumbre con todos los que desean regular su vida según la ley? La razón por la que los santos ayunaron fue para que, al afligir sus cuerpos, pudieran dominar sus pasiones.

Jesucristo, por lo tanto, no tenía necesidad de ayunar, siendo Dios, y por supuesto libre de todo, el más mínimo movimiento desordenado de la concupiscencia. Tampoco sus asistentes tuvieron necesidad de ayunar, pues al enriquecerse con su gracia, fueron fortalecidos en virtud, sin la ayuda del ayuno. Por tanto, cuando Cristo ayunó cuarenta días, ayunó para dar ejemplo a los hombres carnales. (San Cirilo) --- Mientras el Esposo esté con nosotros, estamos en la alegría, no podemos ayunar, no podemos llorar. Pero cuando ha sido expulsado por el pecado, debemos ayunar y llorar. (Ven. Bede)

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