Cuando Cristo ordenó a Pedro que soltara la red, se tomó la mayor cantidad de peces que deseaba este Señor de la tierra y el mar. Porque la voz del Señor es la voz del poder, a cuyo mandato, en el principio del mundo, surgió la luz y todo lo creado. Esto fue lo que asombró tanto a Peter. (San Gregorio Nacianceno, cap. Xxxi.) --- La red está rota, pero los peces no se pierden, porque el Señor preserva a sus siervos entre los escándalos (cismas y herejías) de sus enemigos. (Ven. Bede)

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