Los mártires esparcieron vestiduras en el camino despojándose de las vestiduras de la carne, y así preparando con su sangre el camino para los siervos de Dios. Muchos derramaron sus vestiduras en el camino, sometiendo sus cuerpos al ayuno y la abstinencia, dando así un buen ejemplo a quienes los siguen. Aquellos que cortan ramas de los árboles, que en sus instrucciones toman sus semillas de los discursos de los Padres y, con una entrega sin pretensiones y humildad, las esparcen en el camino de Dios.

(Ven. Beda) --- Sembremos el camino de la vida, y cortemos ramas de los árboles, imitando el ejemplo de los santos. Porque los santos son los árboles, de los que cortamos ramas, cuando imitamos sus virtudes. (Theophylactus) --- El justo florecerá como la palmera, (Salmo xci.) Confirmado en sus raíces, y extenso en sus frutos y flores, siendo el dulce olor de Cristo. (2 Corintios ii. 15.)

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