Este interrogatorio de Jesús nos enseña cómo refutar a los adversarios de la verdad; porque si alguno afirma que Cristo fue un simple y santo hombre, un simple descendiente del linaje de David, les preguntaremos, a ejemplo de Jesús: Si Cristo es solo hombre, y el Hijo de David, ¿cómo es David, bajo la inspiración del Espíritu Santo, llamarlo Señor? No se culpó a los judíos por llamarlo Hijo de David, sino por negarlo como Hijo de Dios. (Ven. Bede)

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