Virtud que procede de él. La virtud para curar la enfermedad de esta mujer procedía de Cristo, aunque ella sólo tocó su túnica: así, cuando los santos con sus reliquias y vestiduras realizan milagros, la gracia y la fuerza de los mismos proviene de nuestro Salvador; siendo sólo los medios de los instrumentos de la misma. (Bristow)

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