Aproximadamente a la tercera hora. Así como los judíos dividían sus noches en cuatro vigilias, cada una de las cuales comprendía tres horas, así dividían sus días en cuatro horas mayores, desde el amanecer hasta el atardecer, y cada una de estas grandes horas contenía tres horas menores; de modo que todo el día, desde el amanecer hasta el atardecer, constaba de 12 horas, al igual que la noche. La primera de las grandes horas, comprendiendo las tres primeras horas menores, contenía la mitad del espacio entre la salida del sol y el mediodía; y el fin de este tiempo fue llamado la hora tercera.

La siguiente gran hora fue desde ese momento hasta el mediodía, llamada la hora sexta. La siguiente gran hora contenía la mitad del tiempo entre el mediodía y la puesta del sol, cuyo final se llamó la novena hora. La cuarta gran hora comprendía las últimas tres horas menores restantes hasta la puesta del sol, de modo que al final de la undécima hora, mencionada aquí, ver. 6, comenzaba la última hora menor de las doce horas del día; de lo cual nuestro Salvador dijo, (Juan xi.

9,) ¿no hay doce horas en el día? --- En cuanto al sentido moral de la parábola, por día se expone comúnmente todo el tiempo desde la creación hasta el fin del mundo, y así la tercera hora se cuenta desde Adán hasta Noé; el sexto desde Noé hasta Abraham; el noveno desde Abraham hasta Moisés; y desde el noveno hasta el undécimo, fue desde Moisés hasta la venida de Cristo; y el tiempo desde Cristo hasta el fin del mundo, es la hora 12.

Otros intérpretes, día a día, comprenden la vida humana; y por las diferentes horas, la infancia, la juventud, la edad de la virilidad, la vejez y la edad decrépita del hombre de última hora . Dios es amo y dispone de todos, quien por su gracia llama a algunos antes, a otros después. El mercado, en el que los hombres se encuentran tan a menudo ociosos, en cuanto a la gran preocupación por su salvación eterna, es el mundo. El propósito de esta parábola era mostrar que los gentiles, aunque llamados más tarde que los judíos, debían ser partícipes de las promesas hechas a los judíos; este es también el significado del versículo 16, donde se dice: los últimos serán primeros, y los primeros últimos. (Witham)

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