Luego le escupieron en la cara y lo abofetearon, etc. Aquí fue donde se disolvió el malvado consejo del Sanedrín, para reunirse de nuevo a la mañana siguiente. Mientras tanto, nuestro bendito Salvador fue abandonado; es decir, se había abandonado a sí mismo por nuestro bien, para ser abusado, vilipendiado, golpeado y atormentado por una cuadrilla de malhechores, por todos los medios y formas que su enfurecida malicia pudiera idear o inventar: que S.

Lucas pasa en pocas palabras, diciéndonos que, blasfemando, dijeron muchas otras cosas contra él. Tengamos, al menos, compasión de nuestro bendito Redentor, y clamemos con el ángel en el Apocalipsis: Tú eres digno, oh Señor, de recibir el poder y la divinidad, el honor y la gloria por los siglos. (Witham) --- Mirad con qué exactitud el evangelista menciona cada evento, la circunstancia más ignominiosa, sin ocultar nada, sin avergonzarse de nada, pero estimándose su gloria que el Creador del cielo y de la tierra sufriera tanto por la redención del hombre. Meditemos continuamente sobre esto; gloriémonos siempre en esto, y fijémonos irrevocablemente en nuestras mentes. (San Juan Crisóstomo) Ver Marcos xiv. sesenta y cinco; Lucas xxii. 64.

La negación de Peter.

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