Nada puede ser más tonto que levantar un edificio en la arena: conlleva un castigo, causando en verdad trabajo en abundancia, pero sin recompensa ni descanso. Los esclavos de la malicia, el lujo y la voluptuosidad, trabajan en la búsqueda de sus deseos, pero no solo no reciben recompensa, sino, por el contrario, el mayor castigo. Siembran en la carne, de la carne segarán corrupción. (Gálatas vi.) (San Juan Crisóstomo, hom. Xxv.)

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