Beor. San Pedro (ii. 11, 15) lee Bosor. --- Un adivino, o mago, ( ariolum) como esta palabra siempre indica, Josué xiii. 22. Los hebreos creen que una vez fue un verdadero profeta, descendiente de Buz, el hijo de Melcha, y lo mismo que Eliu, el amigo de Job. (San Jerónimo, q. 3. Hebreo en Génesis) Ciertamente predijo el Mesías, o la estrella de Jacob, por inspiración divina, cap. xxiv. 17. (Haydock) --- Consulta y reconoce al Dios verdadero, ver.

8, 18, 20. Orígenes (hom. 13,) cree que dejó un libro de sus profecías, que conocían los sabios, y les descubrió el nacimiento del Mesías; y algunos rabinos piensan que Moisés ha insertado aquí de ese trabajo lo que se relaciona con Balaam. San Agustín (q. 48) muestra que fue un hombre malvado, del cual, sin embargo, Dios se sirvió para transmitir importantes instrucciones; y que es uno de esos reprobados que dirán: Señor, ¿no profetizamos en tu nombre? Se coloca con Caín y Core, St.

Judas 11. San Ambrosio (ep. 50) observa, que podía profetizar, como Caifás, sin saber lo que decía, y que el don de profecía en esta ocasión, no era prueba de su virtud. Muchos de los Padres lo ven como un mero mago, que no puede pronunciar bendiciones, sino solo maldiciones, según las reglas de su arte infernal. No se propuso consultar a Dios, pero el Señor pone respuestas en su boca. (Teodoreto, q.

39, 42.) El método de consulta parecía rayar en la superstición. Quería hacer que Dios cambiara sus propósitos, como si fuera un ídolo, y trató de evadir las impresiones de su espíritu. (Calmet) --- El río Éufrates, que riega el país de los amonitas. (Menochius) --- En hebreo, "a Pethora, que está en la tierra de los hijos de su pueblo". San Jerónimo ha traducido a Pethora "adivino" y dejó a Ammón sin declinar.

(Haydock) --- El caldeo nos informa que residía en Petor, una ciudad de Siria, en el Éufrates. Probablemente sea la misma ciudad que la Pacora de Ptolomeo, cerca de Thapsacus. Balaam se llama arameo; (cap. xxiii. 17,) y sabemos que vino de Mesopotamia. En hebreo Aram Naharaim, (Deuteronomio xxiii. 4 .; Calmet) o "Siria, entre los dos ríos", el Éufrates y el Tigris. (Salien) --- Yo, listo para caer sobre mis dominios.

Por lo tanto, parece que Balaam era muy estimado, ya que un rey distante depende más de su poder, que de los esfuerzos de todos sus propios ejércitos y los de sus auxiliares, y está dispuesto a pagarle por maldecir a sus enemigos en un futuro cercano. una tasa. Quizás pensó que empleaban artes mágicas para conquistar a sus enemigos, mediante la oración. Ver Éxodo xvii. 11 .; Orígenes, hom. 13. (Haydock)

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