Salfaad, descendiente de José, había dejado esta vida en el desierto, siendo uno de los que pecaron, murmurando, en Cades-barne. Ver el cap. xiv. y xv. 32. (Calmet) --- Solo dejó a estas cinco hijas detrás de él; y, como muchos otros podrían estar en la misma situación, su caso merecía la atención del legislador, quien lo remitió a Dios. (Haydock)

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