¿Qué ventaja entonces? &C. El apóstol, para no ofender a los judíos, insistiendo demasiado en reprenderlos, vuelve su discurso a las ventajas que hasta ahora han tenido sobre otras naciones. Como en primer lugar, que las palabras de Dios, esos oráculos divinos, revelaciones, promesas en las Escrituras, se abonan y se les había encomendado. Y aunque algunos, o muchos de ellos, no han creído en las promesas de Dios, especialmente con respecto a su Mesías; esto no ha impedido que Dios sea fiel a su palabra, al enviar al Mesías y las bendiciones que le fueron prometidas.

Porque Dios es siempre veraz, o fiel en sus promesas, y por lo tanto debe ser justificado o hallado justo cuando sus procedimientos son juzgados, es decir, considerados y examinados. (Witham)

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