Tampoco lo es la circuncisión, que exteriormente es en la carne. San Pablo distingue dos tipos de circuncisión; lo hecho en la carne, según la letra de la ley, que es la circuncisión exterior; y una circuncisión más necesaria del corazón y del espíritu, mediante la cual se reforma el interior del hombre y se cortan sus vicios y desórdenes. La primera circuncisión nunca le valdría a un hombre sin la segunda. (Witham)

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