Alma. Deseo ardientemente servir en tu templo, Jeremías xxii. 27. Se requiere una santa importunidad (Lucas xviii. 2; Tertuliano, Apol. 39; Calmet) y fervor en la oración (Haydock) con perseverancia, atención y un sentido de las infinitas perfecciones de Dios. (Worthington)

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