¡Cuán dulce y adecuada es esta oración por la gracia convertidora, después de experimentar la misericordia perdonadora! Cuando Jesús ha comprado nuestro perdón, su siguiente acto de gracia es renovar nuestro corazón para que lo disfrutemos adecuadamente. Y qué bendito pensamiento es que Jesús no solo se comprometió con nuestra deuda, sino que se comprometió con nuestro deber: no solo para llevarnos al favor de nuestro Dios, sino para restaurar en nosotros la imagen de nuestro Dios. ¡Oh, amado Señor! ¿Cuándo habremos aprendido la totalidad de tus misericordias?

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad