Y todo el pueblo, al terminar la fiesta, se fue, cada uno a su casa. Y David volvió a bendecir su casa, como antes había bendecido a la congregación reunida en el nombre de Jehová. Por medio de esta división cuidadosamente ordenada de la obra, los servicios del Señor siempre fueron edificantes e interesantes, un excelente ejemplo también para los creyentes del Nuevo Testamento.

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