Entonces cayó fuego de Jehová, como cuando el Tabernáculo fue dedicado, Levítico 9:24 , y consumió el holocausto, y la leña, y las piedras y el polvo, que en los espacios entre las piedras, y lamió el agua que estaba en la trinchera. Fue un fuego milagroso, uno, además, que excedió en intensidad a cualquier fuego ordinario.

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