Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua que estaba en la zanja.

Ver. 38. Entonces cayó el fuego del Señor. ] En respuesta a la oración del profeta y por la conversión del pueblo. Plutarco, dando una razón por la que los cretenses imaginaban a Júpiter sin oídos, dice: Non convenit ab eo audiri quenquam qui omnium sit dominus atque princeps: No es apropiado que escuche a nadie, que es él mismo el señor de todo. Pero nuestro Dios no toma tal estado sobre él; él prepara el corazón de su pueblo, y luego hace que sus oídos oigan; Sal 10:17 Cercano está a sus suplicantes, y rico en misericordia para con los que lo invocan.

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