Y Saúl estaba muy enojado, sus celos inmediatamente estallaron, y el dicho le desagradó; y dijo: Han atribuido a David diez millares ya mí me han atribuido millares; ¿Y qué más puede tener sino el reino? Todo lo que faltaba en el caso de David era la dignidad y la posición reales, un presentimiento que casi puede haber llegado a ser una sospecha, ya que Samuel había declarado claramente que el poder real pasaría a otra familia.

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