Y cuando se informó a Saúl, envió otros mensajeros, y ellos profetizaron lo mismo. Y Saúl volvió a enviar mensajeros por tercera vez, y ellos también profetizaron. Todo esto iba a ser un indicio, por parte de la Divina Providencia, de que Dios estaba impidiendo que los mensajeros cumplieran el mandato de Saulo; era Él quien protegía a David contra el asesinato deliberado.

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