Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada y traspasa con ella, no sea que vengan estos incircuncisos, los filisteos, y me traspasen, y me maltraten , torturrenlo cruelmente antes de matarlo. Pero su escudero no quiso; porque tenía mucho miedo, era responsable de la vida del rey y sentía demasiado temor por su persona. Por tanto, Saúl tomó una espada y, volviendo la punta hacia su propio cuerpo, se arrojó sobre ella y se suicidó.

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