Y tenía un hijo que se llamaba Saúl, un joven escogido y bueno, alto, fuerte y bien proporcionado; y no había entre los hijos de Israel una persona más buena que él, que poseyera una hermosura más varonil; desde sus hombros y hacia arriba era más alto que cualquiera de las personas, sobresalía en altura corporal, correspondiente a su otro desarrollo físico.

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