Y cuando se humilló a sí mismo, demostró que su arrepentimiento era del tipo correcto y duradero, la ira del Señor se apartó de él de que no lo destruiría del todo, de esta manera se cumplió Su promesa y se preservó la existencia del reino; y también en Judá las cosas salieron bien, literalmente, "y también en Judá hubo cosas buenas", mucha gente sirviendo al Señor con toda sinceridad, con buenas obras, como le agradaba. El Señor es paciente y de tiernas misericordias y se alegra de volverse a sus hijos con bondad si ellos reconocen sus transgresiones con verdadero dolor. El reinado y la muerte de Roboam

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