Estos servían al rey, estaban a su disposición, junto a los que el rey puso en las ciudades cercadas por todo Judá, las guarniciones de todas las fortalezas. Ningún monarca, después de la época de Salomón, igualó a Josafat en la grandeza de sus ingresos, en la fuerza de sus fortalezas y en el número de sus tropas. Nota: Siempre que la gente regresaba a la Palabra de Dios en toda su pureza y la aprendía y la seguía fácilmente, las condiciones mejoraban y las bendiciones de Dios descansaban sobre todo el país.

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