Entonces se levantaron los sacerdotes levitas de la tribu de Leví y bendijeron al pueblo; y se escuchó su voz, y su oración llegó hasta su santa morada, la morada de la santidad de Dios, hasta el cielo. Incluso en tiempos de angustia y angustia general, el Espíritu del Señor está ocupado en los corazones de al menos algunos hombres para guiarlos al conocimiento de la verdad y hacer que estén dispuestos a servir a su Dios con todo su corazón.

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