Entonces se levantaron los sacerdotes levitas y bendijeron al pueblo , es decir, a los levitas que también eran sacerdotes, porque a ellos sólo les pertenecía esta obra, 1 Crónicas 23:13 . En el desempeño de este oficio, ambos eran la boca del pueblo a Dios, por medio de la oración, y la boca de Dios al pueblo, a modo de promesa; porque la bendición incluía a ambos. Y en él testificaron tanto su deseo por el bienestar del pueblo como su dependencia de Dios y la palabra de su gracia, a la cual los encomendaron. Y la oración de ellos llegó hasta su santa morada. La voz de los sacerdotes, cuando así bendecían al pueblo, como Dios había mandado, se oyó en el cielo.Dios dijo amén a su oración, y quizás les dio alguna muestra sensata de la ratificación de la bendición que habían pronunciado. La oración que sube al cielo en una nube de incienso, volverá a bajar a esta tierra en lluvias de bendiciones.

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