Pero le envió embajadores, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? El faraón-Necao instó a Josías a que no se entrometiera en este asunto, ya que no tenía ninguna disputa con él. No vengo contra ti hoy, sino contra la casa con la que tengo guerra; porque Dios me ordenó que me apresurara. Evita que te entrometas con Dios, que está conmigo, para que no te destruya. Lo que Necao creía que era la voluntad del dios egipcio a quien servía, lo transfirió a Jehová de Israel para persuadir a Josías más fácilmente.

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