Pero Joiada, el sacerdote, mandó a los capitanes de los centenares, los oficiales del ejército, y les dijo: Sáquenla fuera de los rangos, que la saquen por los rangos, para que no pueda comunicarse con ellos. cualquier adherente; y el que la sigue, haciendo alarde de tomar parte en ella, mata a espada. Porque el sacerdote había dicho: No la maten en la casa del Señor, que habría sido profanada por la sangre del usurpador y asesino.

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